Al forastero le puede confundir un tanto el plano del metro, del Subway, cuando lo consulta por vez primera. Pero, a pesar de los tirabuzones que hacen las líneas que recorren el subsuelo de Manhattan y llegan hasta los otros distritos que configuran la ciudad, encontrará suficientes pistas y carteles para averiguar cuál es el itinerario que le conviene para ir a tal sitio y en qué estación ha de apearse.
El metro se estrenó en Nueva York en 1904. Las compañías privadas que explotaron las primeras líneas, lo cedieron en 1940 al gobierno municipal. En el presente lo integran 26 líneas y 468 estaciones. Su longitud supera los mil kilómetros. Cada día lo utilizan cerca de cinco millones de personas.
El metro funciona las veinticuatro horas del día y, según opinan quienes lo utilizan, es un servicio efectivo a pesar de que sus instalaciones están muy desgastadas y lucen bastante poco.
Los accesos son estrechos y suelen estar pegados a las paredes o embutidos en los bajos de los edificios del centro de la ciudad. Los túneles están ocupados por las vías de varias líneas, las cuales discurren en paralelo por algunos tramos. Así que mientras esperas tu tren en el andén, ves pasar los trenes de otras líneas al otro lado de las columnas que sustentan la bóveda.
Los trenes tienen un aspecto avejentado, frenan con brusquedad y hacen un ruido trepidante. Pero están limpios, bastante limpios. Como el resto de la ciudad.
Y aquí hago un paréntesis para manifestar mi agrado por la limpieza de Nueva York. Esta es una ciudad limpia, sin colillas ni papeles por el suelo, sin restos caninos, sin basuras desparramadas por las aceras. Desde el primer día me sorprendió la cantidad de gente con escobas que limpian las calles y los establecimientos comerciales. Si se te cae una servilleta en un bar, al instante aparece una persona con su escoba y lo recoge. ¿Es cuestión de educación o es temor a las multas que les ponen a quienes ensucian los espacios públicos? En cualquier caso, me gustaría que tomaran ejemplo los ciudadanos y las autoridades de Madrid. En serio.