miércoles, 3 de febrero de 2010

Cuadros salvados

Durante el mes de noviembre de 1936, las tropas de Franco asediaron Madrid, la capital de la República, por tierra y por aire. Mientras los militares sublevados disparaban sobre la ciudad desde las afueras (el frente estaba en la Ciudad Universitaria, muy cerca de las calles en las que los vecinos trataban de seguir viviendo), los aviones enemigos recorrían el cielo descargando sobre la población sus bombas mortíferas. No era su propósito asustar, sino destruir, a juzgar por las fotos que entonces se hicieron. Destruir edificios, destruir vidas, destruir símbolos, destruir cultura.

El día 16 de noviembre, entre las siete y las ocho de la tarde, varias bombas incendiarias, de procedencia alemana, cayeron en los tejados y en terrenos inmediatos al Museo del Prado, causando daños en el caserón de Villanueva. El bombardeo aceleró las tareas de evacuación de las obras de arte, que había comenzado seis días antes. Artistas e intelectuales españoles y extranjeros apoyaban al gobierno republicano en su empresa de salvar el patrimonio que guardaba la ciudad.


Descolgados de las paredes desde el verano y embalados en cajones de madera semejantes a los de la foto 1, el día 10 de noviembre salieron hacia Valencia los primeros cuadros del Prado. En fechas sucesivas se empaquetarían lienzos, esculturas y joyas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, los de la Biblioteca nacional, los de los Museos Sorolla, Cerralbo, Lázaro Galdiano, etcétera.


Una exposición titulada "Arte salvado" recuerda estos días en el Paseo del Prado la aventura de los cuadros del museo en aquellos tiempos trágicos de guerra y horror. En paneles colgados de cajas que simbolizan las que se utilizaron hace más de setenta años para evacuar los cuadros, se narra la historia de aquella aventura, tal como se aprecia en la Foto 2.

Las obras de arte se guardaron en Valencia, donde se había establecido el gobierno legítimo de España. Luego se trasladaron al Ampurdán, desde donde pasaron a Francia en febrero de 1939, en las últimas semanas de la guerra civil. Un Comité Internacional creado para salvar el arte español hizo que llegara a Ginebra un cargamento de casi 1.900 cajas, de las que se hizo cargo la Sociedad de Naciones.

Los cuadros de Goya, Rubens, El Greco, Tiziano, Velázquez, volverían a España en septiembre de 1939 merced a la intervención del Comité Internacional, en el que se integraban directivos de muchos museos europeos. A ellos se dedica esta muestra al aire libre, que estará en el bulevar del Prado hasta el mes de marzo próximo.

Para saber más sobre esta historia, aquí dejo un enlace

Nota posterior: Las tareas de evacuación de las grandes obras albergadas en los museos madrileños fueron encargadas a la Junta del Tesoro Artístico, creada en julio de 1936. En este organismo se integraron profesionales de diversos ámbitos e ideologías, empeñados todos ellos en la tarea de preservar el patrimonio. Para presidir la Junta fue designado el subdirector del Museo Español de Arte Moderno, Timoteo Pérez Rubio. El pintor, nacido en Oliva de la Frontera, (Badajoz), hubo de exiliarse en 1939, como las obras que protegió con su trabajo y su esmero. Y como su esposa, la escritora Rosa Chacel.
De Pérez Rubio hay fotos en la exposición del paseo del Prado. Su memoria no se ha perdido, porque nuestra cultura y nuestra riqueza se sustenta en las acciones de hombres como él.