miércoles, 3 de diciembre de 2008

El frío intenso

El primer saludo que recibe el turista que llega a Nueva York con el otoño avanzado es el abrazo del frío. Un frío intenso, húmedo y descarado, que se cuela hasta los huesos, sorteando las barreras textiles. Aunque te hayas puesto varias prendas de ropa, guantes, bufanda, gorro, el frío te hace tiritar...

En Nueva York los gorros son en esta época elementos imprescindibles del atuendo cotidiano. En el trayecto del taxi que nos conducía desde el aeropuerto hasta el hotel, me llamó la atención que todos los viandantes que veía por las aceras iban tocados con gorros, costumbre que es inusual en Madrid, a pesar de que algunos días del invierno el frío desciende hasta los cero grados.

En Manhattan los gorros se venden en los puestos callejeros, en los vestíbulos de las tiendas, en los comercios de toda índole. Siempre hay un turista despistado o que ha desoído las predicciones metereológicas, que ha de comprarse con urgencia un gorro de lana. Si se compran dos o tres, el precio se rebaja.

También se usan las gorras de visera con logotipos de cualquier marca o publicidad de productos diversos. Estas que retraté se vendían en un puesto frente al Museo de Historia Natural.


El frío enrojece las orejas, seca los labios, sube los pañuelos y los cuellos de lana hasta la boca y fuerza a hombres y mujeres a usar siempre botas o deportivas. Pocas mujeres con tacones vi por las calles de la ciudad. Y pocas con faldas y medias. ¡Cualquiera se atrevía!

Mirad que abrigaditos iban los niños el día de la cabalgata de Acción de Gracias. Y eso que eran las once de la mañana y lucía el sol.

19 comentarios:

Alberto López Cordero dijo...

Hola Cecilia. Me alegra que tu estancia en la ciudad de los rascacielos haya sido fructífera. Nueva York es uno de esos lugares a los que tarde o temprano iré a conocer. Son tantas las historias, las películas, las imágenes, los libros y las vivencias de quien ha estado que se hace casi imprescindible no "peregrinar" al menos una vez en la vida. Espero que nos pongas más veces los dientes largos con las fotografías y con tu crónica. Besos.

Naveganterojo dijo...

Lo que pasa es que los americanos son unos frioleros,ja,ja,ja.
Es broma, me ha llamado la atencion lo que comentas de los gorros de lana, en la ciudad en que vivo es normal en invierno llevarlos puestos, nos calientas las orejitas y a los que tenemos poco pelo nos viene muy bien, quiza en Madrid sea miedo al ridiculo, aunque como dice el refran castellano,"ande yo caliente, riase la gente".
Un abrazo

Fernando Manero dijo...

Comparto plenamente la teoría del gorro protector. Nada mejor contra el frio que acecha la cabeza y sus elementos que resguardarse de ese modo, que realmente se agradece. Forma parte de la indumentaria y permite adentrarse en Central Park o rodear la bahia de Hudson sin temor a la congelación, disfrutando así de experiencias realmente gratas. En España es aún un artilugio poco usado, a diferencia de la costa Este de USA y de Europa, pero poco a poco se va imponiendo. Aqui nos gusta la melena o la calva al viento, lo que a veces suele traer sus inconvenientes cuando se circula bajo cero. Pero, ay, lejos de mí la manía de la gorra de visera, que es moda tipicamente yankee y se presta a todo tipo de ridiculeces.

Isabel dijo...

Estoy también de acuerdo con "naveganterojo";yo también pienso "ande yo caliente,ríase la gente"...
Curiosa entrada,Cecilia,así somos conscientes de cómo superan el frío los neoyorquinos; sin tonterias,vaya,como debe ser,abrigándose bien.:-) Besos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¡qué divertida forma de introducirnos en Nueva York! Compremos gorros: vienen días bien fríos.

Laura dijo...

¡Bienvenida Cecilia!
Me incorporo con algo de retraso a tus posts dedicados a la ciudad de los rascacielos, pero habiendo hecho los deberes de leerme ambos de una vez.
Supongo que lo que las ciudades tan impresionantes transmiten, es practicamente imposible de redactar o ilustrar, dada su magnificencia. De repente sientes que se multiplica todo aquello que creías que tu ciudad poseía. Incluso el frío. Pero yo no sé qué manía le tenemos en España a los gorros. Yo lo uso incluso aquí, en Santander, y eso que le llamamos frío a las temperaturas de entre 6 y 10 grados que tenemos estos días... ¡Se pierde una gran cantidad de calor por la cabeza!¡Y otras muchas cosas!

Anabel Rodríguez dijo...

Yo sería feliz entonces, porque me gustan más los gorros que a un tonto un lápiz, y aquí no tengo oportunidad de ponérmelos (bueno, en verano sí).
Me gustan las notas, y como te has molestado en tomar fotografías de todo, seguro que mentalmente te ibas haciendo una idea de los post que pensabas publicar luego ¿me equivoco?.
¿Pasaste allí el día de acción de gracias?
Besos

Hada Isol ♥ dijo...

Hola Cecilia!!!se vé que hacía mucho frío!aqui tambien usamos gorros y bufanda los días de frío intenso,que este año fueron pocos!te fué bien y segiro atesoras hermosos recuerdos ,me alegro mucho,de que lo hayas disfrutado y de que hayas vuelto bien!que tengas buen día!

Francisco Posse dijo...

A ellos les pasa lo mismo con nosotros, se extrañan de que no llevemos gorros. Los utilizan todo el año, no sólo en invierno (tres años con una neoyorquina). ¿Tuviste cena de Acción de Gracias? Seguro que sí :)

Un saludo

P.D. Muy chulas las fotos.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Uy que frío me ha dado al leerte. Aquí en mi ciudad ha estado nevando y será por eso.
Mu chulas las fotos.

Besicos.

Raquel dijo...

Lo mismo pasa en Madison. Esta tarde, con -6º realmente hace falta el gorro. Las estéticas tan diferentes en un sitio y otro...
Besos

Merche Pallarés dijo...

Ay, ¡cómo me recuerda a mis épocas canadienses! Salía tan pertrechada de casa que solo se me veían los ojos... Besotes, M.

Marcelo dijo...

Aquí tampoco se usa, por eso me sorprendí mucho al notar lo que tú notaste. Y por supuesto, no me lo quitaba ni en el baño.
Un saludo

Ferragus dijo...

Entretenido texto, Cecilia. Imaginé un título como este “De gorros y ciudades” y puedo ver gracias a tus letras, un sin fin de personas avanzando a cualquier lado, apercibidos con sus gorros. Un elemento unificador, entre tanta diversidad.

Besos, Cecilia.

Miriam dijo...

Yo viví ese frío en Chicago!! eso sí que es frio!! Tienes razón, aquí tampoco es necesario el gorro aunque haga mucho frío, pero allí no hay otra solución.
Sientes que se te congela la cabeza es verdad!!
Besos

angela dijo...

Cecilia aunque hayas pasado frío por tu escrito veo que ha sido ineresante tu viaje, gracias por contárnoslo tal y como lo has visto.Un bs.Angela

fritus dijo...

viva la boina

un abrazo

-- dijo...

te lo dije Cecilia.. yo el concepto de "frio" la aprendí en nueva york... y eso que en febrero hacía más frio! no se a cuanto habreis bajado pero.. nosotros llegamos a estar a menos 12....

espero que subas muchas fotos :)

Una dijo...

Gorros con orejeras,bufandas de lana gruesa y un buen par de guantes,aún así a Patry y compañía se les quedaba la nariz como témpano.
Naveganterojo como es de Salamanca igual que yo estamos acostumbrados a cobijarnos bien del frío,por eso aunque digan a menudo que si el frío seco o el frío húmedo no cambio mi Palma de Mallorca por nada.¿Entraste en el Museo de Historia Natural?no me cansaré nunca de ver fotos sobre ese lugar,es impresionante,espero que nos enseñes tu visión personalísima de este lugar.