sábado, 18 de abril de 2020

Los que limpian las calles

El tipo que fuma en el edificio de enfrente, bajo el umbral del balcón, arroja la enésima colilla de la jornada a la calle. Nunca se asoma a mirar si pasa alguien por la acera antes de arrojar los restos de sus cigarrillos.
Junto al portal del inmueble hay docenas de colillas que permanecerán ahí hasta que vuelva a pasar el servicio de limpieza urbana.

No voy a hablar de cuánto me irrita la falta de escrúpulos y de educación de este individuo, ni de la posibilidad de que en uno de estos lanzamientos a ciegas la colilla le caiga en la coronilla a un vecino. La acción de este tipo me hace pensar en el desprecio que tantas veces demostramos (voy a generalizar, aunque este sea un caso de cero patatero en convivencia ciudadana) a la labor de las mujeres y hombres que limpian la ciudad.

Los vemos en tiempos ordinarios dando escobazos a las baldosas de las aceras, los vemos recogiendo cartones que no se han introducido en el contenedor, bolsas de restos que se han depositado en los alcorques, los vemos vaciando papeleras, conduciendo camiones ruidosos, arrastrando los cubos comunitarios.... pero no somos conscientes de lo valiosa que es su tarea hasta que, rara vez, se declaran en huelga y la ciudad se llena de basura.

¿Les estamos agradeciendo ahora que sigan trabajando para que las calles sigan transitables? ¿Les estamos aplaudiendo?

En ciertos vídeos institucionales se envían mensajes de gratitud a sanitarios, a bomberos, a policías, a soldados, a voluntarios, a conductores de autobuses, pero no hay ninguna imagen de un señor o una señora barriendo una calle o agrupando cubos de basura junto a un camión de recogida.No hay un mensaje de agradecimiento a los que limpian.
Sé que son muchos los colectivos que no han parado de trabajar para que la ciudad siga funcionando mientras la mayoría permanecemos encerrados. Pero hoy el gesto ensuciador del fumador de enfrente me hace valorar aún más la tarea de quienes nos siguen limpiando las calles.

Al tipo de enfrente le debían llevar una semana a barrer las calles que ensucian personas tan poco saludables como él.

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Deberíamos aprender más de los que son verdaderamente necesarios en sus trabajos.

El Deme dijo...

Para que veas la mala educación que hay en el mundo.