lunes, 18 de enero de 2010

Historias de Madrid

Sí, hay muchas historias en Madrid, muchas historias de gentes, de edificios, de bares y tabernas, de rincones que esperan, solapadas entre el gentío y el bullicio de las calles y las plazas de esta ciudad trepidante, a que venga un periodista con curiosidad y afanes literarios y sea capaz de descubrirlas y plasmarlas en las hojas de un periódico o una revista. Muchas de esas historias son tan efímeras como el papel que las contiene, pero hay otras historias, redactadas con la solidez de un profesional de la comunicación y la sensibilidad de un poeta urbano, que merecen sobrevivir al tiempo, fijarse en la memoria de sus lectores y conservarse, cosidas en las páginas de un libro, en la mejor estantería de la casa de quienes aman el arte de la escritura.

Este es el caso de un libro del que el jueves, el día 21 de enero, se hablará en la sala cultural de Fnac, en la plaza de Callao. El libro se llama así, Historias de Madrid, y su autor es Rodolfo Serrano, a quien algunos conoceréis por su blog. Confieso que sólo he leído algunas de esas historias cuando se publicaron en la prensa, que no he leído la totalidad, pero puedo asegurar donde haga falta que Rodolfo es de los que escriben artículos que llegan al corazón del lector porque él pone el corazón en sus palabras.


A Rodolfo le debo estar en estas latitudes, él fue el que me convenció para meterme en el berenjenal de inventar un blog (hace ahora dos años casi exactos). La experiencia ha sido singular y fructífera, y a él siempre le agradeceré que me animara. Hoy me reconvenido porque últimamente estoy un poco vaga con las letras.

Intentaré enmendarme, Rodolfo.

domingo, 3 de enero de 2010

Los cuentos de O´Henry

Jonshy y Sue son dos jóvenes pintoras que viven en un pequeño piso de Greenwich Village. Estamos en Nueva York a principios del siglo XX. Una epidemia de neumonía se filtra por las ventanas de los apartamentos baratos y se apodera de los cuerpos más débiles, de los organismos sin defensas, de los más expuestos al hambre y al frío. Jonshy contrae la enfermedad y se deja llevar hacia la muerte.

Las recetas del médico quedan sin efecto a causa de la pasividad de la joven pintora. Sue trata de animarla, pero no tiene éxito. Jonshy mira por la ventana y anuncia que morirá cuando caiga la última hoja de la enredadera que cubre la pared del edificio que se ve desde su lecho. Sue, alarmada, le confía su pena al viejo Beherman, su vecino del piso de abajo, un pintor borrachín y fracasado, que todavía no ha conseguido plasmar en un lienzo su obra maestra, la que le redimirá de la pobreza y el anonimato.

Sue consigue que Jonshy duerma unas horas y que sus ojos se desprendan de la enredadera. Cuando despierta, todavía queda una hoja sobre la pared del edificio cercano. Pasan las horas, y la hoja no se desprende. Jonshy empieza a recobrar fuerzas. Acepta tomar una sopa, peinarse, incorporarse sobre su lecho.

El viejo Beherman, mientras tanto, es trasladado a un hospital donde muere en dos días. En su casa se hallan sus instrumentos de pintor y una escalera que ha usado recientemente. La hoja de la enredadera sigue colgando, inmóvil, sobre la pared vecina. Sue comprende que la hoja que no ha caído no es real. Es la obra maestra del viejo pintor que ha fallecido para darle a Sue la vida.

Este cuento, bello y entrañable, está firmado por un autor que firma O´Henry. Encontré el libro "Cuentos de Nueva York" en la biblioteca pública a la que acudo de cuando en cuando, en unas repisas dedicadas a relato breve. Indagué sobre el autor y me enteré de que en realidad se llamaba William Sydney Porter. Nació en Carolina del norte en 1862 y su vida estuvo llena de avatares que, tal vez, influyeron en la esencia de su obra.

Si os apetece, encontrareis más cuentos en esta página.

Fotos LIFE.
Wall Street en
1886, por George B. Brainerd
Union Square en 1889, por Wallace G. Levison