Viendo la noticia de la crisis en el sector de las flores y la petición de que se traslade de fecha el Día de la Madre, primer domingo de mayo, se me ocurre una idea: en cuanto se levante el confinamiento y podamos visitar a nuestros padres, abuelos y tíos mayores, llevémosles flores.Quizás no podamos abrazarlos o besarlos en el primer encuentro después de la separación, pero sí podemos llevarles flores para expresarles nuestro cariño y la alegría del momento. Flores para contrarrestar la pena de su ausencia durante tantas semanas. Flores para las abuelas y las madres pero también para ellos, para los padres, los abuelos y cualquier mujer u hombre mayor que se nos antoje.
Y si luego queremos celebrar el Día de la Madre, como sugieren los floristas, ¿quién nos lo impide? No necesitamos que ninguna autoridad nos indique la fecha. La acordamos entre todos avisándonos a través de las redes.
Y ese día volvemos a comprar flores para ellas, para las madres jóvenes, que están ahora metidas en casa con sus hijos, y para las madres mayores, que no están con nosotros y seguramente nos echan tanto de menos como nosotros a ellas.
Esta es mi sugerencia.

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