A Kapucinsky se le cita con frecuencia en los medios de comunicación. Es un maestro en el oficio, un hombre que llevaba el periodismo en la sangre y lo practicaba con dignidad. Ante los jóvenes que le admiraban, Kapuscinsky abogaba por un periodismo en el que la denuncia de las situaciones anómalas, maléficas para el ser humano, prevaleciera sobre los intereses empresariales y mercantiles de los medios de comunicación. Un periodismo en el que la verdad no fuera nunca eclipsada ni mediatizada por la propaganda a la que son tan proclives los gobernantes políticos y los potentados de todos los países del orbe.
De Kapuscinsky hay que leer unos cuantos libros en los que el maestro explica las circunstancias, las penurias o los conflictos de los lugares a los que él ha acudido, primero como corresponsal de una agencia polaca y, después, como periodista de renombre internacional. Además, los textos están escritos en un lenguaje tan preciso y tan correcto que subyuga al lector, lo atrapa y lo conmueve.
Leyendo “Ébano”, entras en el corazón de África. Si lo lees con mentalidad abierta, empiezas a entender cómo siente y mira la gente que ha nacido en los países subsaharianos.
Yo quiero aportar aquí una cita de un folleto que recoge la intervención de Kapuscinsky en un taller sobre nuevo periodismo, celebrado en 2002 en Buenos Aires.
“Para producir una página debimos haber leído cien. Ni una menos. Antes de escribir cualquiera de mis libros, leí unos doscientos sobre cada uno de sus temas. En algún sentido, escribir es la menos parte de nuestro trabajo”.
Esta fórmula debía ser adoptada por ciertos escritores actuales, esos individuos que sacan un libro de trescientas o cuatrocientas páginas cada seis meses, sorprendiendo su fertilidad a los lectores que los encuentran en los mostradores de las librerías. ¿Acaso ellos no consultan otros libros antes de escribir los suyos, como recomienda Kapuscinsky?
sábado, 26 de abril de 2008
Maestro de periodistas
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12 comentarios:
Estupendo y fantastico blog, felicidades y suerte. Moquigo
Algunas veces yo, que no soy consumidora de esos bestsellers, aunque sí visitante asidua de librerías, me hago la misma reflexión que tú dejas aquí. Porque escribir no es sólo ir colocando una palabra detrás de otra.
Descubrí a Kapuscinsky por casualidad, por recomendación de un librero amigo, y pronto empecé a interesarme por sus libros, por sus artículos.
Un placer haber pasado por aquí y leer tanto este artículo como los anteriores.
Interesante entrada. Más de uno o una que se dice periodista debería leerlo y meditar sobre ello. Qué pena de periodistas inteligentes que se dejan llevar por el dinero fácil de la tele-basura, por ejemplo.
Un saludo
Con un amigo hicimos un día (estábamos un poco ociosos) el cómputo de los libros que había escrito César Vidal en el último año. Luego tomamos algunos de ellos (estábamos en una librería, tengo que añadir, no vayas a pensar que los teníamos en propiedad) y miramos la bibliografía. Hicimos el cálculo y era imposible no ya que hubiera escrito todos esos libros, sino ni siquiera que hubiera leído (por tiempo material) la bibliografía que citaba como consultada.
Es estupendo que propongas estas reflexiones.
Devuelvo tu amable visita a La Acequia, en la que espero verte en próximas ocasiones, y me atrapa la foto de tu perfil.
En cuanto a tu texto: en efecto, sin leer no se puede escribir.
Un saludo. Volveré.
En efecto, Ryszard Kapuscinsky, gran escritor polaco, que comenzó como corresponsal de guerra, no he leído nada de él pero tuve en mis manos un libro suyo llamado El Emperador.
A Kapuscinski le descubrimos unos cuantos "afortunados" este año, en cuarto de carrera, porque nos tocó leer su libro "Los cínicos no sirven para este oficio" en una asignatura. Hasta entonces, como en muchas otras cosas, no habíamos oído hablar de él. Es curioso, cuando no triste, ver como no se estudia a esta piedra angular del periodismo.
Yo me quedo con unas frases que dice en ese libro:
"“En nuestro oficio hay algunos elementos específicos muy importantes: el primer elemento es una cierta disposición a aceptar el sacrificio de una parte de nosotros mismos. El segundo elemento de nuestra profesión es la constante profundización en nuestros conocimientos.La tercera es no considerar nuestra profesión como un medio para hacerse rico”
Hay otros que no necesitan leer ni cien ni diez, porque tienen "amigos" que leen todo por ellos. Pongo el enlace en mi nombre.
El periodismo que defiende Kapuscinsky, es un periodismo valiente y libre de prejuicios, pero a la vez es un periodismo idealista y difícil de llevar a cabo, dependiendo de la política del país.
Ojalá pudiera existir en todo momento un periodismo ético y fiel a la verdad.
Estoy de acuerdo en que cualquier escritor, antes de dar, debe haber bebido y mucho, sobre todo de los clásicos.
Cualquier planta, antes de germinar, requiere su tiempo de absorción de abono,sol y agua...
Sobre Delibes, tienes razón, cuando fue operado de una grave enfermedad, se pensó que acaso ya no escribiría más, y salió del trance con una novela extraordinaria, El hereje, cuyo pulso narrativo convirtió en una broma del maestro su aparente lejanía de la escritura.
Cecilia, tienes un espacio cultural donde las visitas son ineludibles, así que si me lo permites, me llevo tu link, para tenerte a la vista y no despistarme, como me ha pasado, que es imperdonable.
Un abrazo!:)
Tomo nota. He de reconocer que Kapuscinsky para mí era un desconocido hasta ahora, reconozco mi incultura con respecto al tema. Oyendo, leyendo, deduzco que hay muchos periodistas españoles que tampoco lo conocen.
Un abrazo
Yo estoy de acuerdo en que hay que hacer acopio de información para poder contrastar...Pero no creo que la mayoría de los periodistas lo hagan...y lo que es peor, se creen que lo dominan todo ...Ya que nombras a Delibes, es mi ídilo ,junto Azorín y Unamuno...Un beso.Angela
Te felicito por la referencia a Kapucinksi. Es uno de mis maestros, el que mejor ha sabido transmitir lo que Africa es y significa. Recomiendo siempre "Ebano" por que es una lección de transversalidad intelectual y de compromiso compartido. Sus fotografias, expuestas en Valladolid en Febrero, son auténticas obras de arte. Lástima que ya no esté. Pero siempre que nos quedará "Viajes con Herodoto". No te lo pierdas.
He descubierto tu blog en la ventana de Diego Fernández Magdaleno. Te felicito
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