miércoles, 26 de marzo de 2008

La inmortalidad, según Gómez Rufo

Dentro de treinta, de cuarenta años, Vinicio Salazar seguirá con vida y con salud, a pesar de que ya ha rebasado la sesentena. El dinero le ha servido a este magnate para comprar la inmortalidad y su laxa conciencia no le ha impedido consentir en que se utilicen en la revitalización de su anatomía sustancias u órganos adquiridos por métodos que rayan en lo delictivo.

Con su cuerpo rejuvenecido y un sinfín de placeres a su alcance, Salazar no es, sin embargo, un hombre feliz. Su hija ha muerto, derrotada por una enfermedad para la que él no pudo comprar remedio. Su segunda esposa también ha sucumbido al mal. A sus ausencias se suma al temor que siente el millonario frente a un futuro que se anuncia inclemente, doloroso para la humanidad. ¿Merecerá la pena de seguir adelante? ¿Para que vivir eternamente si los augurios son tan alarmantes?

Las preguntas de Vinicio Salazar se repiten en la mente del lector que se adentra en las páginas de La noche del Tamarindo, (Planeta, 2008). Antonio Gómez Rufo, autor de esta novela inquietante, va uniendo las piezas de un puzle múltiple, que hace temblar al protagonista. El agua se acabará en el planeta, la contaminación arrasará las ciudades y los campos, la vida de los seres humanos se convertirá en una tortura, en una lucha constante contra la adversidad, la basura, el hambre, la miseria. Los seres a los que ame Salazar se irán muriendo de vejez o de enfermedad y la soledad se cebará en sus carnes sanas. ¿Merecerá la pena sobrevivir?

El cambio climático, al que Gómez Rufo, escritor comprometido y concienciado, se refiere en su libro, no es una quimera ni un peligro remoto. Gómez Rufo se basa en documentos y testimonios fidedignos para avisarnos, mediante una historia de ficción, de lo que nos aguarda a los seres humanos si seguimos contribuyendo, con nuestra dejadez y nuestro desmedido afán de explotación, a destrozar el planeta en el que habitamos.

Pero la obra no es sólo una novela de denuncia. La noche del Tamarindo es también una novela de intriga, es un canto al amor y a las relaciones personales y es, por supuesto, un libro de evasión pues, a la par de entretiene (objetivo que la cultura nunca ha de desdeñar), le hace disfrutar al lector con su lenguaje impecable, con su léxico generoso, con sus efectos líricos, con sus descripciones ambientales.

"En los tres años que he tardado en escribir la novela, un año y medio lo dediqué a hacer una investigación previa. Para ello, conté con la ayuda de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, de la Comisión Nacional de Trasplantes, y de médicos especialistas en enfermedades curiosas. La investigación se completó con la localización de exteriores, como si fuera una película, en más de 20 ciudades que aparecen en la trama de la novela. Lugares que conocía personalmente u otras que hoy día, se conocen a través de Internet", dice el autor, en cuya página personal se pueden hallar más datos sobre su obra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!
Me llamo Nuria y tengo un blog sobre "La noche del tamarindo". He leído tu post sobre el libro y me ha gustado mucho. Gracias!! Te he añadido en mis favoritos!

Anónimo dijo...

Lo compraré, lo leeré y después se lo pasaré a mi hija. Un saludo y sigo leyendo.