sábado, 13 de marzo de 2010

Delibes para siempre

De todos las palabras suscitadas por la muerte de Miguel Delibes, me quedo con las suyas. Con las que él mismo escribió hace unos pocos años.

Es cierto que Delibes era un escritor admirado y estimado por todo tipo de gente, fueran lectores empedernidos o personas de cultura básica, fueran de una u otra ideología o procedencia geográfica, fuera o no fuera el castellano su lengua materna. Pero de todos los artículos que han aparecido en la prensa y de todas las opiniones que han volcado sobre él, a mí el que más me ha conmovido ha sido el que sirvió como prólogo para una edición de sus obras completas. Su despedida de la literatura.

Delibes reconoce que el cáncer le ha dejado tan mermado que ya no podrá escribir otra obra. Su vida literaria está acabada, dice con su verbo escueto, contundente, con esa forma de expresarse que recuerda el vigor y la sencillez de sus mejores novelas.


Pero ha sido una vida larga y fructífera. Desde que le concedieran el Premio Nadal por "La sombra del ciprés es alargada", en 1948, la prosa de Delibes no ha dejado de florecer en novelas, cuentos, artículos, ensayos, y él se congratula por ello.

No le dieron el Nobel a don Miguel, aunque sus libros contribuyeron a engrandecer la cultura hispana más que los de otros autores con más grande fama y mayor acopio de galardones. Tampoco le concedieron premios millonarios porque él no se prestó al juego del engaño a los lectores. Ni se le vio prodigándose en televisiones y fiestas, polemizando y vendiéndose a la popularidad y al cotilleo, ámbitos que suelen estar reñidos con la calidad literaria y la entrega generosa a la literatura. Pero Delibes se ha ganado el universal respeto de las gentes de su tiempo y un puesto encumbrado en la historia de la cultura del siglo XX.

Hoy se han vendido muchos libros de don Miguel en las librerías españolas. Hoy han revivido Azarías, Daniel el Mochuelo, En realidad, no me extraña, porque lo que me está apeteciendo ahora mismo es buscar "El hereje" y trasladarme al Valladolid recreado por Delibes con su enorme magia literaria.

Delibes siempre estará vivo.

17 comentarios:

Bea dijo...

Siempre! Y la despedida que le han dado sus vecinos demuestra que, a pesar de no ser un escritor "medíatico" llegaba como nadie a las personas y era querido y admirado, como escritor y como ser humano. DEP
Un beso. Bea

Ciberculturalia dijo...

Se ha ganado como dices el respeto universal, pero el mundo literario debería lamentar que no le fuera concedido el Premio Nobel. Sin embargo, es cierto que el maestro Delibes estaba muy por encima de cualquier honor literario porque él mismo era la literatura.
Nos da pena el hombre maravilloso que fue y que se nos ha ido pero nos deja su maravillosa obra
Un beso

Merche Pallarés dijo...

A mi tambien me gustó mucho su prólogo de despedida. Resumía escuetamente su situación tanto anímica como literaria. Tambien quiero leer "El Hereje" y releer varias de sus novelas que leí hace años pero que, desgraciadamente, se me han borrado de la memoria. Besotes, M.

Josep dijo...

Las ratas y Los santos inocentes, están entre mis libros preferidos, que he releído y que releeré varias veces.(sobre todo "Los santos inocentes)
Para mí, el Nobel ya hace años que lo ganó.

un beso.

Mercedes dijo...

He leído esas palabras esta tarde en El País, en el papel, y me han impresionado mucho.
Gracias, Cecilia, por el recuerdo, Delibes fue uno de los primeros escritores cuyas novelas devoraba cuando casi una niña comencé a ser una lectora empedernida. Delibes para siempre.

Eastriver dijo...

Con Delibes siempre he tenido una relación ambivalente. Por un lado no discuto, porque creo que es indiscutible, su valía narrativa. Forjó historias intensas y míticas, y personajes emblemáticos: Daniel o los de Los santos, o la Menchu de Cinco horas, o la Señora de rojo... Pero a la vez siempre lo he visto como un escritor correctísimo y meritorio, como un hombre de una pieza, pero que no despertaba en mí una verdadera pasión de lector. Seguramente por motivos extra literarios: su afición a la caza me daba un poco de mal rollo, su imagen un poco de señorito lo alejaba de mi sensibilidad, su narrativa tan poco arriesgada me lo hacía ver de modo más frío. Pero bueno, reconozco que todo ello por motivos extraliterarios, como estoy diciendo. Seguramente si se tratase de un escritor lejano en el tiempo del cual desconociese todo eso mi aproximación hubiese sido diferente. Porque ya te digo que por encima de todo reconozco su enorme talla.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Delibes, tras la muerte de su mujer, dejó de escribir un tiempo. Tras la enfermedad, fue consciente de su decadencia intelectual. Por mucho que nos doliera a sus lectores, pienso que hizo bien al tomar la decisión que tomó. Un hombre muy lúcido, sin duda.

Anacanta dijo...

Si las palabras permanecen,
si el ejercicio de su cadencia
sigue aligerando el peso
de la estridencia del mundo.

Si los destellos en lo oscuro
de un faro leal a su bujía
permanecen nobles y fieles
al auxilio en la tormenta.

Qué ha muerto pues,
sino la certeza de la muerte,
cuando el futuro sigue
con su acento y con su voz.

Anónimo dijo...

Pues hasta el final de sus días habría que felicitarle. Por su obra, por su familia, por la gente que durante décadas le ha seguido en silencio.
Gracias por el recuerdo,Cecilia.

Cigarra dijo...

Para mi, el mejor escritor español del siglo XX. Gracias por recordarnoslo. Muchos besos

Laura dijo...

Tienes mucha razón, Cecilia. Se ha ganado el respeto de los lectores y ese premio, no lo consiguen muchos, desde luego.
Lo bueno, como tú dices, es que sus libros siguen con nosotros y eso le hace eterno.

Un saludo

fritus dijo...

Emotivo recuerdo a alguien muy grande, y muy trabajador...más de 60 libros publicados para alguien que ha muerto a los ochentaypocos.
Delibes nos recuerda que lo verdaderamente grande, y lo díficil, es escribir sencillo al mismo tiempo que se escribe bien.Servidor, que es el rey de la dislocación, los parentesis y las subordinadas innecesarias, lo admira mucho por eso. Como también admiro a Pla, por lo mismo.
Siempre nos quedará su prolifica obra, lo que no deja de ser un consuelo.

Un abrazo, Cecilia.

m.eugènia creus-piqué dijo...

Hola Cecilia guapa, he estado once días sín ordenador, que si no me iba que si lo arreglaba, luego la gran nevada y al final he tenido que comprar uno nuevo, al fín desde ayer ya todo volvió a su cauce, menos mal porque tantos días desconectada me puso enferma de los nervios, me faltaba algo.Un petonet.

Barajas, distrito BIC dijo...

Recuerdos de mi infancia, leyendo EL CAMINO todos lo viernes por la tarde en clase. Genial, para siempre!!

Besos, Cecilia.

Pombolita dijo...

Pasaba por aquí y me ha gustado tu blog. Delibes tenía un español precioso y es lo que más me gusta de sus obras.
Me ha llamado la atención que tienes un cuadro de Remedios Varo y he visto que hace tiempo le dedicaste una entrada.
Era prima hermana de mi abuela materna y ésta y su madre se llamaban , creo, igual, Jesusa Uranga.
Remedios era nacida en Gerona pero su madre era vasca.
Fíjate si era poco conocida que ni en la família sabíamos hasta hace pocos años, quién era. ¡Qué pena!, es una pintora interesantísima y me hubiera gustado saber algo más. Me temo que , para la familia Uranga, muy de Bilbao, era demasiado moderna y corrieron un tupido velo sobre su vida...
Creo que el Moma tiene obra suya y sé de cierto que en Méjico es casi, casi tan venerada como Frida Kalho no en vano se las estudia juntas y , si no me equivoco, formaron parte de los mismos círculos artísticos.

Anabel Rodríguez dijo...

Tú siempre tan acertada. No sé como te las apañas. No es necesario ganar premios para ser un grandísimo escritor y tener muchos adeptos.
Besos

vallisoletano dijo...

Buen día. A mi me parece que no es oro todo lo que reluce. Nunca me fascinó la literatura de Miguel Delibes. Y además existe mucho aparato y mucha pompa que no cesa en su entorno. Yo veo este aparato como la búsqueda e impulso de nombres literarios en una ciudad provinciana que históricamente ha tenido pocos autores de renombre y proyección.

Más importantes son Jorge Guillén o Rosa Chacel, y si me apuras hasta Umbral, pero ya se sabe que ellos se fueron de la ciudad. Y que durante el franquismo los dos grandes no fueron bien vistos ni promocionados precisamente. Tal vez el hecho de que Delibes permaneciera siempre en ella, porque no tenía necesidad de marcharse por motivos de subsistencia, porque encontró en este marco de vida el margen adecuado para desarrollar su obra, le haya vendido como el escritor vallisoletano por excelencia.

A raíz de publicar "El hereje" se levantó por parte de las autoridades un aparato turístico-comercial enorme para atraer visitantes. Había tirón a cuenta de la difusión del libro. Incluso hay establecida una ruta por el centro, con placas en suelos y paredes. Bueno, si eso es útil para interesarse por la Historia y no sólo por la novela de Delibes, pues formidable. Creo que Delibes es más es un icono circunstancial que un escritor leído, salvo en los colegios y en los estudios de español de universidades extranjeras.

Independientemente de la novela, que no he leído aunque acaso debería hacerlo para tener conocimiento de causa, lo cierto es que el episodio importante de la represión del foco erasmista-luterano siempre me suscitó interés y atracción. Acaso porque incluso la calle donde se realizaban las reuniones secretas tuvo otro nombre en época de Franco, afortunadamente recuperado en honor del Doctor Cazalla, el adalid del grupo.

Si quieres visitar un Valladolid humilde y virtual, Cecilia, pásate por la casa del firmante del coment, que no se siente obligado a considerarse delibesiano. Y no quiero ser más crítico de momento.

Cordialmente, Cecilia.