Colas ante
las ferreterías que han abierto. Hay que reponer los tornillos que se han
caído durante estos dos meses, colgar un cuadro o engrasar unas bisagras.
Colas ante
las sucursales bancarias. Hay que cobrar la pensión o el paro.
Ante las
peluquerías no hay colas porque la cita se pide por teléfono. El local está
toda la jornada en actividad pues no son muchos los que se han arriesgado a
dejarse cortar el pelo por la madre, el padre o la pareja.
Las
papelerías siguen cerradas. Menos mal que bolígrafos no faltan en casa.
En el
interior de los bares se nota movimiento. Estarán limpiando los enseres para
cuando se les permita abrir. En Madrid, algunos dueños piden sacar barras a la calle. Los vecinos
de la zona reaccionan: Ahora que las aceras son nuestras, de los que
vamos andando, que no se nos llenen de sillas, mesas y sombrillas. Y mucho
menos, de barras volantes.
Muchos
mayores se han lanzado ya a la aventura de darse una vuelta a la manzana.
Algunos aferrados al brazo de sus cuidadores, pero con gesto de audacia bajo la mascarilla.
La ciudad
empieza a cobrar vida. Con muchas precauciones, pero con ganas y coraje.
Los
políticos siguen peleándose en las pantallas de los televisores y en las redes.
Los ciudadanos, dicen los de cualquier signo, están teniendo un comportamiento ejemplar. Pues sí, eso parece, señores. Así
que ¿por qué no los imitan ustedes?
El chico de
la raqueta no quiere la nueva normalidad, quiere la antigua. ¡Mira qué gracioso! Todos
queremos volver a salir a la calle sin taparnos las narices, abrazar a
nuestros hijos, darles besos, ver una peli en un cine, pasar unos días cerca
del mar. Esa parte de normalidad sí, la queremos.
Pero no
queremos lo nocivo de la antigua normalidad: ciudades contaminadas y
estresantes, campos de cultivo abandonados, pueblos sin futuro, turismo de
borrachera y abuso, selvas quemadas, ríos desviados o ensuciados, masificación de costas, mares convertidos en
basureros, animales en riesgo de extinción, consumismo enfermizo, etc, etc….
¿Y usted,
señor de la raqueta? ¿Esa parte de la antigua normalidad también la quiere?
El suelo de la plaza de la Villa se ha llenado de hierbitas |
1 comentario:
Yo soy partidario de un mundo más humano en el que se cuide la naturaleza y el entorno rural. Con ciudades menos masificadas.
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