“Muy pronto los nativos comenzaron a respetarla y acudían a ella con frecuencia cuando necesitaban ayuda o un buen consejo. Las ancianas la llamaban Jerie, que en kikuyu significa ‘la que escucha’ y se admiraban de ver, por primera vez, como un blanco cogía en brazos a un niño africano”.
Tiempo después, ‘la que escucha’ se convierte en ‘la que narra’. Sus primeros relatos surgen de su boca, en la inmensidad de la sabana, para deleitar al hombre que ama. Luego, cuando ya envejece en un país tocado por el frío, la narradora vuelca sus historias en hojas de papel para legárselas a lectores que todavía no habían nacido cuando ella empuñaba la pluma.
Os invito a emprender un viaje al África de principios del siglo XX con
Karen Blixen, la baronesa que cultivaba café y escuchaba a los kikuyus (cuyos rasgos confundiremos siempre con los de la actriz Meryl Streep, protagonias de la película de Sydney Pollack,
Memorias de Africa), y con otras mujeres valerosas, cuyos nombres, como el de tantas aventureras que consagraron su existencia a la ciencia o al arte, a los oficios y lances en los que desde antiguo han prevalecido los nombres masculinos, apenas había oído mencionar antes. La guía de la expedición es
Cristina Morató, quien ha esculpido con letras de tinta los nombres de esas mujeres en el libro que titula
“Las reinas de Africa”. Podréis conocer a
Mary Livingston, esposa del muy famoso explorador David Livingston; a
Delia Akeley, que cobraba piezas para el Museo de Historia natural de Nueva York; a
Mary Kingsley, que recorrió la costa oeste estudiando sus formas de vida; a Florence Baker, que llegó con su marido Samuel hasta las fuentes del Nilo; a
Mary Slessor, misionera, a
Beryl Markham, aviadora, a
Osa Jonson, cineasta, a las españolas
Isabel y Juana, que siguieron a sus maridos hasta el continente negro, a
Alexine Tine, que viajaba con un ajuar de lujo.
Tuvieron todas ellas la suerte de encontrar paisajes todavía no devastados por la mano del hombre blanco, por su ambición y sus perversas gestiones al frente de los países que cayeron en su poder. Y supieron apreciar a sus gentes y sus formas de vida naturales, aunque a veces fueran víctimas de la hostilidad y el temor de los aborígenes. Y aún más de los propios colonos, como se lee en el libro de Cristina.
“La comunidad blanca que habitaba en Kenia nunca simpatizó con su esnob y presuntuosa vecina de las tierras altas. Karen Blixen les parecía una mujer excéntrica que se tomaba demasiadas libertades con sus sirvientes. Cuando se enteraron de que pretendía fundar una escuela para los kikuyus pusieron el grito en el cielo. Aquellos colonos apenas tenían contacto con los trabajadores africanos, a los que trataban como esclavos o en un tono paternalista, como si fueran niños.”
13 comentarios:
Memorias de África, el continente atormentado con el que sueño la mayoría de las veces. Fronteras trazadas a golpe de escuadra y cartabón, miseria, hambre, sonrisas y hospitalidad. Paisajes inmensos y una luz indescriptible.
Soñé con Áfica...
Un abrazo.
¡Qué bien que has vuelto Ceci! Este mundo bloguero ha sido un erial en julio. A ver si ahora ¡se anima un poco el cotarro!
Ese libro debe de ser fascinante. Me lo apunto. Besotes, M.
He ojeado el libro. Y me dieron ganas de conocer a estas mujeres valientes, representante de su propia época.
Un libro estupendo el de Crisitina Morato. Lo leí cuando se publicó y me descubrió a viajeras interesantímas que nos descubrieron lugares desconocidos por aquel entonces.
Buenísima recomendación.
Un beso
Pinta muy bien eselibro. Ya me gustó "Memorias de África", seguro que la historia leida de todas estas mujeres,debe ser la caña.
Besicos muchos.
Cuantas visiones de África y tan distintas. Yo acabo de encontrarme con la de Mankell... brutal y demoledora!
La de Karen Blixen (o su versión hollywoodiense) la prefiero, sin duda, pero hay una África Real para nosotros?
Supongo que hay quien la habrá encontrado.
Un saludo!
La historia de esta mujer es apasionante. Apunto la sugerencia.
Este si, necesitaba algo así para leer, de verdad pero a veces llego a la libreria y me bloqueo, unas veces porque no me dicido y otras porque creo que no se exactamente que necesito para leer, es parecido a cuando tienes algo en la punta de la lengua y no te sale, ahora me pasaba lo mismo con la escritura. Has dado en el clavo.
Un abrazo Ceci.
didi
Kikuyu!! qué bonito...me lo guardo.
Besos
Me lo apunto, sobre todo, por que lo recomiendas tú. Un beso
Recientemente he leído que la historia de la baronesa Blixen no fue tan romántica como lo muestra la película, pues cuando su enamorado Denys Finch-Hatton murió no era ella la que ocupaba su corazón sino una aviadora llamada Beryl Markham.
Hola Cecilia, me he leído el libro de "Mujeres de África"...Precioso y auténtico, te aporta mucha adrenalina.
Ahora estoy con un libro que para mí está siendo maravilloso que ahora no se si ya has hablado de el en algunos de tus post, de Julia Navarro "Mira quién soy"..Es ahora mismo mi vicio, no puedo dejar de leerlo y en mis ojeras está la prueba.
Un abrazo y gracias por la sugerencia.
didi.
Son interesantisimos los libros de Cristina Morató. Tiene otro "Las Damas de Oriente" dedicado a mujeres viajeras por los países árabes que cuenta historias fascinantes. La película de "Memorias de Africa" era estupenda, con esos paisajes, pero el libro (que en realidad son dos: "Sombras en la hierba" y "Lejos de Africa") me gustó mucho más, porque se centra menos en la historia de amor que es el eje de la película, y más en su relación con los nativos, que como dices, fue completamente rompedora y diferente a lo establecido.
Un saludo muy cordial
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