domingo, 28 de marzo de 2010

Escribir, una terapia

"Cuando la soledad se conjugue con el malestar y la desesperación o la claustrofobia amenacen con desestabilizar tu ánimo, echa mano al libro que yace sobre tu mesilla. O coge un folio y una pluma y escribe. Ponte a escribir en un cuaderno, en una libreta, en el reverso de una fotocopia. Olvídate, mientras escribes, de que tienes un cuerpo que duele".

Este párrafo es de un libro que casi nadie ha leído. Quien se da a sí misma tales consejos es una mujer que convalece de una operación que la obliga a estar encerrada y quieta en una habitación de un hospital. La mujer coge un montoncito de folios, que se ha llevado al hospital en su maletín, coge un bolígrafo y empieza a inventar una historia que tiene relación con su propia situación de convaleciente. Poco a poco, el dolor se disipa o, al menos, se olvida.

Frida Khalo pintaba hermosos cuadros a pesar de los espantosos dolores que padeció durante toda su vida, a causa de un accidente de tranvía que le destrozó los huesos y las vísceras. Pero, ¿no estaría combatiendo sus dolores con los pinceles?

Escribir es una buena terapia para esos momentos en que el cuerpo no responde a los deseos de expansión de la mente, a las ganas de divertirse, de correr, de bailar. También lo es pintar, componer una canción o diseñar una torre. Pero, mientras otras actividades creativas requieren un instrumental complejo y voluminoso, para escribir no se necesita más que un trozo de papel y un lapicero, cosas que caben perfectamente en un bolso o en el bolsillo de una chaqueta. Un equipaje fácil de llevar a cualquier lugar y de emplear en cualquier circunstancia.

"No encontraba mi lápiz (lo poco que queda de él) y he estado muchos días sin poder escribir nada. (...) Pero hoy cuando lo he encontrado debajo de un montón de leña, he tenido la sensación de que recobraba el don de la palabra”, dice Eulalio, el joven padre que está atrapado por el invierno y el terror a los vencedores de la guerra en una braña, en lo alto de la montaña, con un recién nacido y un cuaderno en el que anota su dolor y su desesperanza.

Eulalio es el protagonista del segundo cuento que integra el libro de Alberto Méndez Los girasoles ciegos. (Anagrama, 2006). Eulalio no sabe que está escribiendo para que otras personas se enteren de su desgraciado final y el de su hijo. Simplemente escribe porque se desahoga, porque las palabras que escribe le ayudan a soportar el dolor que le asfixia. Y él no es más que un chico de 18 años que apenas asistió a la escuela.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

La escritura es curativa, todo lo que se transforma de dentro hacia afuera, se expresa, es curativo. El proceso para llegar a esa capacidad de expresión en alguien "realmente" enfermo es muy largo y difícil. El regalo que puedes llegar a alcanzar, si se consigue superar esas barreras que parecen infranqueables al trasladar ese mundo interior, mudo, sordo, sin límites de espacio y tiempo, ese laberinto de pensamientos y sensaciones, etc, a palabras, a dibujos, a notas...es inmenso.

Recordé que había leído algo en una entrevista a Jorge Semprún:

"Franziska Augstein : Sie schreiben Ihr Leben immer wieder neu zusammen. Ihre Bücher sind veränderte Neuauflagen Ihres Lebens. Wenn dem so ist, hat Ihr Schreiben dann den Effekt des Antidepressivums?

J. Semprún: Ja. Das ist wahr. Es ist wie eine Therapie. Ein Antidepressivum im Sinne von Anti-Negations-Mittel. Sehen Sie, es gibt da Konstanten in meinem Lebens, die zugleich kreativ wie destruktiv sind: Das Exil, der Sprach- und Kulturwechsel, die Deportation ... Das alles waren vielfach sehr zerstörerische Erlebnisse für die Persönlichkeit. Das Schreiben ist eine Art und Weise, sich als Person zu rekonstruieren."

Bueno, más o menos:
(Franziska Augstein: Usted escribe su vida una y otra vez.Son libros son como nuevas ediciones de su vida. Si esto es así, ¿tiene su escritura un efecto antidepresivo?

JS: Sí, es cierto. Es como una terapia. Un antidepresivo en el sentido de (Re)Medio-Anti-Negación. Mire, en mi vida hay cosas constantes que son al mismo tiempo creativas y destructivas: El exilio, el cambio de lengua y cultura, la deportación...Experiencias muy destructivas para la personalidad en muchos aspectos. Escribir es una manera de reconstruirse como persona.)

Pero también recuerdo ahora a Leopoldo M. Panero.

Anónimo dijo...

Y otro..."porque soy como el árbol talado que retoño/ y aún tengo la vida"

Besos

AROAMD dijo...

cómo me gustó ese cuento

Merche Pallarés dijo...

Tengo una querida amiga a quien le estoy animando que publique los sentimientos que plasmó en papel a raiz de la ausencia de un gran amor. La verdad es que sus palabras son bellísimas. Besotes, M.

J.R.Infante dijo...

Me permito opinar al respecto: Una terapia o una necesidad, no sé exactamente lo que es, lo cierto es que cuando se está en la dinámica escritora, no se puede dejar, o se escribe o se está pensando en ello.
Besos

Anónimo dijo...

También debe ser una terapia para el dolor, el dolor físico.


L’ Infinito

Sempre caro mi fu quest’ermo colle
E questa siepe, che da tanta parte
Dell’ultimo orizzonte il guardo esclude.
Ma sedento e mirando, interminati
Spazi di là da quella, e sovrumani
Silenzi, e profondissima quiette
Io nel pensier mi fingo; ove per poco
Il cor non si spaura. E come il vento
Odo stormir tra queste piante, io quello
Infinito silenzio a questa voce
Vo comparando: e mi sovvien l’eterno,
E le morte stagioni, e la presente
E viva, e il suon di lei. Cosí tra questa
Inmensità s’annega il pensier mio:
E il naufragar m’è dolce in questo mare.


El Infinito

Siempre caro me fue este yermo monte
Y ese obstáculo, que de esta parte
Del último horizonte la vista excluye.
Mas sentado y mirando interminables
Espacios tras él, y sobrehumanos
Silencios, y profundísima quietud
Mi mente imagina; tanto que por poco
mi corazón se asusta. Y como el viento
oigo susurrar entre las plantas, yo aquel
Infinito silencio a esta voz
Voy comparando: y me acuerdo de lo eterno,
Y las muertas estaciones, la presente
viva, y su sonido. Así en esta
Inmensidad mi pensamiento se hunde:
Y el naufragio me es dulce en este mar.
G. Leopardi


A lo mejor es eso, una reconstrucción frente a lo destructivo.

Anónimo dijo...

Hola Cecilia, me ha gustado mucho tu post, creo que reflejas exactamente los sentimientos de algunas personas que ven en escribir su curación. Es verdad que libera, al menos a mi me ocurre, me ayuda en muchos momentos, que tengo tanto dentro y no lo sé sacar, es la única manera que tengo de poder "explotar" por llamarlo de algún modo. Un abrazo, Rachel

Anónimo dijo...

Y, ¿cómo nace la escritura, la letra, por qué, qué necesidad tenían de crear algo así?

Hada Isol ♥ dijo...

La verdad Cecilia es que cuando escribo mis poemas me siento tan liviana! más allá de si quedan lindos o no es un desahogo,y no solo eso,mi creatividad se pone en juego,es como pintar,uno dibuja en letras es muy cierto el bien que hace escribir ya que expresarse es liberarse,soltar tanto y seguir con menos tristezas dentro.
Pienso que cuanto mejor les ha de hacer escrbir a quienes padecen enfermedades crónicas y se seintes presos de sus cuerpos,este simple acto de tomar una lapicera les permite alejarse un poco de esas limitaciones y en cierto modo volar,leer por ejemplo tambien lo es,porque uno vive otras vidas a travéz de la lectura,se sumerge en otros mundos y eso alivia,cuando tuve que pasar un reposo de 7 meses sin moverme para que mi hija naciera ,la paz me llegaba justamente de leer y de escribir.
Te mando un abrazo querida Cecilia y te deseo un muy buen día!

m.eugènia creus-piqué dijo...

Que razón tienes Cecilia, un lápiz y un papel,bagaje liviano para plasmar allí tus sentimientos,tan fácil como eso,que bien va leer un libro, escribir cuando quieres decir algo..pienso que si, es una terapia muy buena.

Anabel Rodríguez dijo...

No sé si es curativa, pero al menos es paliativa de la desesperación que a veces cunde en ciertos ambientes.
Me quedo con una duda, ¿cual es ese libro que no ha leído casi nadie? Ya sabes que soy una lectora bastante curiosa.
Besos

Josep dijo...

Cecília, cuanta razón tienes. Es una terapia que los doctores deberian recetar. Sin ir más lejos somos muchos los que escribimos en los blogs, y estoy seguro que muchos de nosotros no tenemos el alma de escritor. Es fantástico.
Un beso.

Mercedes dijo...

En los peores momentos, un lapiz y un papel pueden ser la mejor compañía y ayuda. Algo que leer, o algo que escribir pueden ser los mejores medios para aislarse de los problemas.
Muy bonito, Cecilia.

Laura dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Cecilia. Humildemente he de decir que me acerco al ordenador a escribir en muchas ocasiones en las que me siento frustrada o dolorida y, acercarme a mis sentimientos, conectar con mi lado imaginativo y soñador, o con el más crítico y racional me ayudan a alejarme de lo cotidiano.

Me impactó tanto la narración de Eulalil, que aún se me pone la carne de gallina al recordarlo.

Un saludo

Ferragus dijo...

Te dejo un saludo sincero; hermosas líneas, Cecilia; veo en ellas, tu sentir a cabalidad.

Un beso.

Eastriver dijo...

Para no variar una nueva entrada made in Cecilia... cuidada y sensible. Es un placer leerte u sosegarse, lo cual suele ser todo uno. Escribir, leer... todo es lo mismo.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Que verdad hay en esas frases. Siempre que haces un trabajo con gusto (me refiero a Frida), todo se olvida y lo digo con conocimiento de causa.
"Los girasoloes ciegos", me dejaron impactada y el cuento al que te refieres, aún más.

Besicos muchos guapa.

Barajas, distrito BIC dijo...

Al fin y al cabo, lo que escribimos es el legado que dejamos para los demás. Muy bonito tu post (cmo siempre)

Espero que hayas pasado una buena Semana Santa.

Saludos, Cecilia!!

Álvaro Dorian Gray dijo...

Para mi, además de terapia, me sirve como acompañante. Nunca estas solo si piensas en escribir.
Que maravilla la escritura
saludos y salud

Anónimo dijo...

necesito escribir ahora.. pq me siento mal .. ahogo en el pecho .. y no puedo comunicarme, la persona a la que se supone quiero no entiende de estas cosas ... tenemos y hemos tenido vidas diferentes .. yo me agobio yendo de compras .. pasando el fin de semana delante de la caja tonta .. no puedo .. y hago esfuerzo para ello .. ahora incluso tomo diacepan para poder resistir (tras un ataque de ansiedad que tuve hace un par de semanas) .. nuestros fines de semana se reducen a: centro comercial, mercadona, casa, sofa, tele .. y ahora.. ni siquiera sexo pq no me apetece ..sin comunicación no puedo.. PERO LE QUIERO . LE QUIERO ENORMEMENTE Y ÉL A MI . PQ NO CREO QUE ESTUVIESE A MI LADO AHORA... pero temo que ésto se acabe ...