Estos días estoy leyendo, precisamente, la biografía del poeta que Ian Gibson publicó en 2006: "Ligero de equipaje". Todavía estoy en el año 1930, cuando España empezaba a respirar los aires republicanos que traerían al país un cambio de régimen que muchos hombres y mujeres, entre ellos Machado, deseaban y alentaban. Años en que el poeta sufría de amores por culpa de una mujer que alimentaba su pasión sin permitirle acercarse a ella. Pero de esa historia todavía no conozco los detalles completos. Otro día os lo cuento.lunes, 23 de febrero de 2009
Machado
Estos días estoy leyendo, precisamente, la biografía del poeta que Ian Gibson publicó en 2006: "Ligero de equipaje". Todavía estoy en el año 1930, cuando España empezaba a respirar los aires republicanos que traerían al país un cambio de régimen que muchos hombres y mujeres, entre ellos Machado, deseaban y alentaban. Años en que el poeta sufría de amores por culpa de una mujer que alimentaba su pasión sin permitirle acercarse a ella. Pero de esa historia todavía no conozco los detalles completos. Otro día os lo cuento.miércoles, 18 de febrero de 2009
Concierto en el Conservatorio
Pero no quiero que nos detengamos hoy aquí, sino que atravesemos esta plazoleta invadida por turistas que acuden a visitar el museo y por vecinos de la barriada, que toman el sol o cuidan de sus niños pequeños. Quiero que acerquemos a un edificio situado en uno de los laterales.
En la puerta principal del caserón, que hace el número 2 de la calle Doctor Mata, vemos el rótulo que lo identifica: Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Este es nuestro destino esta tarde.
El edificio fue diseñado hacia 1769, por Francisco Sabatini arquitecto a quien el rey Carlos III había encargado los planos para un Hospital General que agrupase los distintos dispensarios, sanatorios y clínicas que se extendían por la capital. Del proyecto total, sólo llegaron a levantarse la parte que hoy ocupa el Reina Sofía y este otro inmueble dedicado a la enseñanza musical.
Sus dependencias se desligaron del Hospital General para albergar el Hospital Clínico de San Carlos a mediados del XIX. En sus salas se instruían los alumnos de la Facultad de Medicina, situada en la calle Atocha 106. Hasta que médicos, profesores y aulas se trasladaron a la Ciudad Universitaria, donde están actualmente.